Page 58 - ALERGIAS BÁSICAS
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moléculas, incluyendo la mieloperoxidasa (MPO) como la más frecuente, así como la
                       elastasa, lisozima, lactoferrina y catepsina G. Correlaciones clínicas cuidadosas, han
                       mostrado que los anticuerpos circulantes anti-Pr3 se asocian claramente al desarrollo
                       de  la  Granulomatosis  de  Wegener  (85%  de  los  pacientes),  que  es  una  vasculitis
                       granulomatosa necrotizante que afecta a los tractos respiratorios superior e inferior,
                       acompañada de una vasculitis de pequeños vasos que afecta sobre todo al riñón y
                       que también puede afectar a otros órganos. Aunque los anticuerpos anti-MPO se han
                       asociado con el desarrollo de Poliangitis microscópica (70% de los pacientes), que es
                       una vasculitis de pequeños vasos que puede afectar a cualquier órgano del cuerpo
                       individualmente  o  de  forma  sistémica,  también  se  han  descrito  en  patologías  tan
                       diversas como la colangitis esclerosante, hepatitis crónica activa, colitis ulcerosa y
                       enfermedad  de  Cröhn,  por  lo  que  esta  correlación  no  es  tan  específica  como  la
                       anterior.
                   ●  Los  autoanticuerpos  contra  los  receptores  de  superficie  celular,  también  pueden
                       provocar  alteraciones  funcionales  sin  la  participación  de  ningún  otro  mecanismo
                       efector. Por ejemplo, algunos anticuerpos contra receptores hormonales se unen a
                       ellos  alterando  la  fisiología  celular  sin  provocar  inflamación  ni  lesión  tisular.  Estas
                       alteraciones funcionales pueden ser el resultado de la estimulación del receptor de las
                       células diana, o de la inhibición del mismo. Un ejemplo de estimulación lo constituye
                       la Enfermedad de Graves; el autoanticuerpo específico para el receptor de la hormona
                       estimulante del tiroides (TSH) presente en las células epiteliales del mismo, imitando
                       a  la  TSH,  se  une  al  receptor  originando  una  producción  excesiva  de  hormonas
                       tiroideas que clínicamente se traduce en un hipertiroidismo. Un ejemplo de inhibición
                       funcional del receptor lo constituye la Miastenia gravis; los autoanticuerpos reactivos
                       con  los  receptores de  la acetilcolina presentes en  la  placa  motora  de  las  uniones
                       neuromusculares,  interfieren  con  la  transmisión  neuromuscular  mediada  por  la
                       acetilcolina. El resultado de ello es la debilidad muscular progresiva característica de
                       esta enfermedad. El mismo mecanismo de inhibición del receptor parece actuar en
                       los      pacientes        con       diabetes       mellitus      insulín-resistente.
                        Los  autoanticuerpos  dirigidos  contra  hormonas  u  otras  moléculas  circulantes,
                       también  pueden  actuar  del  mismo  modo.  Por  ejemplo,  la  existencia  de
                       autoanticuerpos contra el factor intrínseco presentes en algunos casos de  anemia
                       perniciosa,  al  unirse  a  dicho  factor  inhiben  su  función;  el  resultado  es  una
                       hematopoyesis anormal como consecuencia del déficit de absorción de la vitamina
                       B12, que se traduce en una anemia megaloblástica.
                   ●  Aparte de los autoanticuerpos, algunas enfermedades mediadas por HS de tipo II se
                       deben como ya mencionamos a anticuerpos producidos contra antígenos extraños
                       que presentan reactividad cruzada con proteínas propias. El mejor ejemplo de ello lo
                       constituiría  la  Fiebre  reumática  aguda,  caracterizada  por  artritis,  endocarditis  con
                       lesión valvular, miocarditis y afectación del sistema nervioso central. Al parecer, la
                       reactividad  cruzada  entre antígenos  propios  y extraños,  sería la  causa  de  que un
                       anticuerpo frente a la proteína M del estreptococo del grupo A, pudiera tener que ver
                       con la afectación articular; lo mismo ocurriría en la afectación cardíaca, donde otro
                       anticuerpo detectado en estos enfermos y dirigido frente a un antígeno de la pared
                       celular  del  estreptococo  A,  presenta  epítopos  comunes  con  la  miosina  de  la  fibra
                       muscular cardíaca.





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