Page 54 - ALERGIAS BÁSICAS
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intradérmicamente  un  antígeno  apropiado,  el  punto  de  inyección  se  vuelve  rojo  por  la
               dilatación  de  los  vasos  sanguíneos  llenos  de  hematíes.  Algo  más  tarde,  se  produce
               extravasación  del plasma desde las  vénulas,  que  da  lugar a edema.  Este edema  blando
               recibe el nombre de habón, y puede afectar a un área de milímetros hasta varios centímetros
               de diámetro. En la última fase, los vasos sanguíneos del margen del habón se dilatan y se
               llenan de hematíes; la consecuencia de ello va a ser la aparición de un anillo rojo que recibe
               el nombre de eritema. Toda esta reacción puede darse en el transcurso de 5-10 minutos tras
               la administración del antígeno, y suele durar menos de una hora. Los mastocitos del área del
               habón y eritema muestran signos de liberación de sus mediadores intracitoplásmicos.

               Las citocinas por el contrario, median reacciones más tardías. En muchas reacciones de HSI,
               entre  dos  y  cuatro  horas  después  de  la  provocación  con  el  antígeno  y  una  vez  han
               desaparecido el habón y el eritema, comienza la llamada “reacción de fase tardía”. Dicha
               reacción  consiste  en  la  acumulación  de  leucocitos  inflamatorios  (respuesta  mediada  por
               células),  incluidos  polimorfonucleares  neutrófilos,  eosinófilos  y  basófilos,  y  de  linfocitos  T
               CD4+, principalmente del subgrupo Th2. La IL-4 producida por mastocitos o linfocitos Th2,
               puede reclutar de forma selectiva eosinófilos en el tejido. Es por ello que en los individuos
               atópicos, el infiltrado inflamatorio que acompaña a estas reacciones de fase tardía, suele ser
               rico  en  eosinófilos.  La  inflamación  es  máxima  a  las  24  horas  y  después  desaparece
               gradualmente.


               Esta reacción tardía utiliza los mismos mecanismos que el sistema inmunitario emplea contra
               algunas infecciones de helmintos o infestaciones por larvas de insectos; así, la inflamación
               eosinofílica desempeña habitualmente una función protectora frente a estos agentes, si bien
               la  lesión  tisular mediada  por  eosinófilos  como  consecuencia  de  esta  inflamación  también
               puede ser un componente importante de enfermedades alérgicas como el asma.



               Terapias utilizadas frente a la alergia

               La reacción de fase tardía, al igual que la reacción de habón y eritema, puede transferirse
               inyectando en la piel de un sujeto IgE de un individuo sensibilizado y puede reproducirse
               mediante  anticuerpos  anti-IgE  o  agentes  activadores  de  mastocitos.  La  terapia  contra  la
               alergia va enfocada en estos dos sentidos. Por un lado el tratamiento farmacológico se dirige
               a inhibir la producción de mediadores mastocitarios y de basófilos y a bloquear sus efectos
               sobre células diana. Por otro lado, la inmunoterapia mediante vacunas conteniendo dosis
               pequeñas  pero  crecientes  del  o  los  alergenos  frente  a  los  que  el  individuo  es  alérgico,
               disminuye  la  concentración  de  IgE  específica  y  aumenta  los  títulos  de  IgG  (anticuerpos
               bloqueantes),  especialmente  IgG4;  el  objetivo  principal  es  evitar  o  al  menos  disminuir  la
               respuesta  Th2,  y  con  ello  conseguir  la  desensibilización,  o  más  frecuentemente  la
               hiposensiblización frente a los alergenos (tolerancia específica).

               Los últimos  avances  en el  campo  del  tratamiento de  la  alergia  están  centrándose en  los
               siguientes objetivos:

               – Síntesis de análogos peptídicos conteniendo una estructura similar a la región de la IgE,
               que se une al receptor del mastocito o basófilo. Actuarían pues como péptidos agonistas
               competitivos para el receptor de la IgE (FcεRI).



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