Page 327 - ALERGIAS BÁSICAS
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afectación  radiológica,  informando  al  anatomopatólogo  de  nuestras  sospechas  para  un
               procesamiento  óptimo  de  las  muestras.  En  casos  de  NH  subaguda-crónica,  las  biopsias
               pulmonares quirúrgicas (por videotoracoscopia, de al menos 2 lóbulos diferentes) tendrán
               una mayor rentabilidad diagnóstica. Se pueden encontrar granulomas no caseificantes laxos,
               de  predominio  peribronquiolar  (asociado  a  infiltrados  linfocitarios,  y  células  plasmáticas)
               (figura 3), así como presencia de macrófagos espumosos alveolares. La detección de los
               microgranulomas puede mejorarse con tinciones especiales, como la catepsina K. Dado que
               el principal reto  diagnóstico  suele  ser  en  las  NH  subagudas/crónicas,  se ha  propuesto el
               siguiente esquema diagnóstico (figura 5, modificada del AJRCCM 2012).

               Dentro del diagnóstico diferencial debemos pensar en el síndrome tóxico por polvos orgánicos
               (pulmón del granjero atípico o micotoxicosis pulmonar), que consiste en un síndrome con
               fiebre, escalofríos y tos que se produce horas después de una exposición masiva al contenido
               mohoso  de  un  silo;  no  precisa  sensibilización  y  no  se  identifican  precipitinas.  Al  ser  un
               mecanismo tóxico, afecta igualmente a los otros compañeros de trabajo en contacto con el
               polvo. Este proceso no se debe confundir con la enfermedad de los trabajadores de los silos,
               producida por la liberación de óxidos de nitrógeno tóxicos.

               PRONÓSTICO Y TRATAMIENTO

               Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad y se conoce su causa, lo más lógico y eficaz
               es eliminar el contacto con el agente responsable. El cese completo de la exposición es la
               única  medida  que  puede  hacer  remitir  la  NH  cuando  no  se  han  desarrollado  cambios
               irreversibles.

               Está considerada como una enfermedad profesional y puede implicar un cambio de trabajo.
               En  ocasiones,  por  motivos  económicos,  un  determinado  paciente  no  puede  o  no  quiere
               abandonar su ocupación, y otras veces es muy difícil eliminar por completo la exposición, que
               puede ocurrir de manera indirecta. Se puede, en estos casos, reducir la cantidad de material
               inhalado  mediante  maniobras  de  limpieza  y  desinfección,  mejora  en  las  condiciones  de
               ventilación,  disminución  de  la  humedad  ambiental,  revisión  de  zonas  susceptibles  de
               contaminación y modificación de la rutina de trabajo. También en casos de profesionales en
               los que no se puede evitar la exposición, estará indicado el uso de respiradores individuales,
               que filtran más del 98% del polvo existente en el aire. Todo paciente con una exposición
               continuada se someterá a revisiones periódicas por médicos especialistas, que valorarán si
               existe  progresión  de  la  enfermedad,  en  cuyo  caso  se  deberá  interrumpir  de  manera
               irrevocable

               todo tipo de exposición. En nuestro país se ha elaborado por el Consejo Interterritorial del
               Sistema  Nacional  de  Salud  un  “Protocolo  de  vigilancia  sanitaria  específica  para  los/as
               trabajadores/as  expuestos  a  Neumonitis  por  Hipersensibilidad  o  Alveolitis  Alérgica
               Extrínseca”.

               El  único  tratamiento  farmacológico  utilizado  para  la  mejoría  de  los  síntomas  son  los
               corticoides. Las formas agudas suelen remitir sin necesidad de medicación al abandonar la
               exposición,  pero  pueden  usarse  corticoides  orales  o  intravenosos  en  caso  de  síntomas
               intensos (dificultad respiratoria intensa con alteraciones de la oxigenación). Es más habitual
               su utilización en las formas subaguda y crónica, ya que suelen acelerar la mejoría clínica y la
               función pulmonar.  Generalmente  son  ciclos de 2-4  meses  de  tratamiento  y  no  se  suelen



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