Page 219 - ALERGIAS BÁSICAS
P. 219
● Educación del paciente (evitación tabaquismo, ejercicio físico moderado)
● Comprobar la técnica de inhalación, se recomienda el uso de cámaras de inhalación
o sistemas de inhalación de polvo seco, si bien en ocasiones es preciso el uso de
nebulizadores.
● Evitación de factores desencadenantes (se recomienda vacunación virus de la
influenza y vacuna antineumocócica)
● Evitar fármacos que pueden empeorar la enfermedad asmática: beta-bloqueantes,
IECAS, AINES.
Teniendo en cuenta que la percepción de la disnea en el anciano puede estar disminuida, es
poco recomendable pautar tratamientos a demanda. En el tratamiento del asma agudo los
beta-2 agonista de corta duración son de elección. Los corticoides inhalados son los fármacos
de primera línea en el tratamiento de mantenimiento del asma leve persistente, moderado o
severo. Las dosis altas de corticoides inhalados pueden elevar el riesgo de fracturas así como
producir afonía.
El uso frecuente de corticoides sistémicos en pacientes mayores puede incrementar el riesgo
de fracturas vertebrales, de cadera, aparición o empeoramiento de cataratas, deterioro en
control glucemia, herpes zoster.
Cuando el asma no está bien controlado con una dosis inicial de corticoides inhalados, se
puede subir la dosis de éstos (preferible en cardiópatas), o bien añadir un beta 2-agonista de
larga duración (en ausencia de enfermedad cardiovascular). Los antagonistas del receptor de
los Leucotrienos son una alternativa en pacientes ancianos. Y respecto al tratamiento con
Omalizumab (anti-IgE) los datos son limitados, pero la eficacia parece ser similar en adultos
mayores que presentan asma grave.
ASMA Y OBESIDAD
Estudios transversales y prospectivos han demostrado un aumento en la incidencia de asma
en los pacientes obesos. Esta asociación parece más consistente en mujeres y niños. Los
cambios más frecuentes que se observan en obesos son:
● Disminución VRE (volumen de reserva espiratorio) y de la CRF (capacidad residual
funcional) debido a cambios en las propiedades elásticas de la pared torácica, ya que
los obesos respiran a volúmenes más bajos.
● Los obesos muestran un patrón respiratorio alterado, con altas frecuencias
respiratorias y disminución del volumen tidal lo que se asocia a una disminución de la
compliance, aumento del trabajo respiratorio y aumento de la disnea de esfuerzo.
No se comunica sin embargo, un aumento en la hiperreactividad bronquial de forma
homogénea. Los marcadores tradicionales de inflamación de la vía aérea (porcentaje de
eosinófilos en esputo inducido, FENO) no son proporcionales al índice de masa corporal en
asmáticos, por lo que serían precisos nuevos marcadores biológicos en asmáticos obesos.
Por otra parte, los adipocitos pueden almacenar y liberar una gran variedad de agentes
inflamatorios, siendo considerada la obesidad por parte de ciertos autores, como una
215