Page 94 - ALERGIAS BÁSICAS
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aumenta la agresión oxidativa y estimula la inflamación en las vías respiratorias inferiores y
superiores. Además, el tabaquismo materno durante la gestación altera el crecimiento de los
pulmones en el feto en desarrollo, lo que puede asociarse a sibilancias al principio de la vida.
En el asma ya presente, el tabaquismo se asocia a persistencia de la enfermedad y puede
alterar la respuesta al tratamiento.
Contaminantes: Además de su toxicidad directa en los pulmones, los contaminantes
provocan agresión oxidativa e inflamación de las vías respiratorias.
Nutrición: Varios estudios concluyen que la obesidad es un factor de riesgo de asma y
factores alimentarios como el contenido de sodio, el balance de lípidos y la cantidad de
antioxidantes, se pueden asociar a la actividad asmática.
Déficit de vitamina D: En los últimos años han surgido múltiples trabajos que implican a la
vitamina D en el desarrollo pulmonar y de las células inflamatorias así como en su papel
en la prevención de infecciones, haciendo clara referencia al posible efecto beneficioso de la
suplementación en dicha vitamina en los niños asmáticos que presentan deficiencia, con
objeto de prevenir la infección respiratoria aguda y optimizar el manejo del paciente asmático.
Irritantes: Se ha asociado a una serie de irritantes con síntomas respiratorios y asma en
niños, como los perfumes, el polvo y el cloro. El mecanismo puede no ser el mismo para todos
los irritantes e implica a vías nerviosas y oxidativas.
Ejercicio: El ejercicio desencadena síntomas asmáticos en la mayoría de los niños y
adolescentes con asma, y el broncoespasmo inducido por el ejercicio puede ser también un
fenotipo asmático singular. El mecanismo puede consistir en alteraciones de la osmolaridad
de las vías respiratorias por pérdida de agua o anomalías de la temperatura de dichas vías
que inducen bronco-constricción y broncoespasmo.
No obstante, el ejercicio aerobio regular es esencial para un desarrollo saludable, por lo que
no se debe impedir. Además, hay indicios de que una mala forma física en la infancia se
asocia a la aparición de asma en la juventud.
Clima: Distintas condiciones climáticas, como las temperaturas extremas y una gran
humedad, se han asociado a actividad asmática, incluidas las exacerbaciones.
Estrés: Factores psicológicos, en especial el estrés crónico, pueden afectar también a la
actividad del asma, aunque esta observación requiere más estudios en niños y adolescentes.
El nivel de estrés de los padres también puede influir en la función pulmonar y la actividad
asmática de sus hijos.
Estilo de vida: Durante la última década, diversos factores del medio ambiente y el estilo de
vida se han encontrado estar significativamente asociado con ciertos fenotipos atópicos.
Gravedad inicial del asma: Se configura como un factor pronóstico de la persistencia o no
de la enfermedad. Aun así hasta un 5-10% de los niños con formas leves de asma la
mantienen en la edad adulta.
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