Page 96 - ALERGIAS BÁSICAS
P. 96

por  orden  de  importancia:  huevo,  leche  de  vaca,  pescado,  frutas-frutos  secos  y
               leguminosas.

               La sensibilización alérgica a alimentos es la primera expresión de atopia en el niño. La alergia
               a la leche de vaca se inicia en el primer año de vida, muchas veces tras la primera toma de
               fórmula  adaptada  de  leche  de  vaca  y  generalmente  dentro  de  la  primera  semana  de  su
               introducción en la dieta. La alergia a huevo se manifiesta principalmente entre los 6 y los 12
               meses de vida y son muy pocos los casos que se inician después de los dos años de edad.
               La alergia al pescado como corresponde a la cronología de su introducción en la dieta se
               inicia un poco más tarde, aunque en la mayor parte de los casos aparece en los dos primeros
               años de edad.



               Evolución hacia la tolerancia clínica

               La mayoría de las alergias alimentarias de la infancia se resuelven con el paso del tiempo.


               Con el tiempo muchos pacientes alcanzan la tolerancia, lo que no ocurre en todos los casos.
               En la evolución natural de la alergia alimentaria, al periodo de sensibilización clínica le sigue
               otro de sensibilización asintomática, hasta conseguir la tolerancia total con la desaparición de
               los anticuerpos IgE específicos. Este es un proceso en el tiempo que entre otros factores
               depende del alimento implicado.

               A los 4 años tienden a alcanzar la tolerancia clínica aproximadamente el 80% de alérgicos a
               leche  de  vaca  y  el  50%  de  los  alérgicos  a  huevo,  pero  la  alergia  a  pescado,  marisco,
               cacahuete y frutos secos tiende a persistir durante muchos años. Alrededor del 80% de los
               alérgicos al pescado mantienen su alergia a los 10 años del diagnóstico inicial y el 80% de
               los niños alérgicos al cacahuete y el 90% de los alérgicos a frutos secos mantienen su alergia
               con carácter persistente.


               No todos los alérgicos a alimentos alcanzan la tolerancia, en algunos casos tiende a persistir
               durante años y cuanto más tiempo se mantiene la sensibilización sintomática, es menor la
               probabilidad de que se resuelva, siendo un índice de mal pronóstico de alcanzar la tolerancia
               en el futuro la persistencia de la reactividad clínica a los 5 años de edad en la alergia a la
               leche de vaca, a los 9 años en la alergia a huevo, a los 10 años en la alergia a leguminosas
               o frutos secos y a los 12 años en la alergia al pescado.

               La persistencia de la alergia alimentaria esta significativamente relacionada con las proteínas
               y  epítopos  específicos  a  los  que  está  sensibilizado  el  paciente,  niveles  elevados  de  IgE
               específica y la presencia de otras alergias alimentarias o de otras enfermedades alérgicas
               (asma, rinitis).

               Los niveles de IgE específica frente a alimentos tienden a descender con el tiempo en la
               mayoría de los pacientes con alergia alimentaria, y el descenso de IgE es el mejor predictor
               conocido del desarrollo de tolerancia clínica. Sin embargo, algunos pacientes llegan a ser
               tolerantes pese a la persistencia de niveles elevados de IgE específica frente al alimento.


               La mayoría de los niños con alergia alimentaria se benefician de una estricta evitación con el
               fin  de  evitar  la  aparición  de  síntomas.  Aunque  los  pacientes  pueden  tolerar  pequeñas



                                                                                                       92
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101