Page 90 - ALERGIAS BÁSICAS
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respiratorias superiores e inferiores. Las células cutáneas presentadoras de antígeno (células
               de Langerhans) desempeñarían un importante papel en la estimulación de una respuesta
               TH2  contribuyendo  a  facilitar  la  marcha  atópica.  Estas  hipótesis  abren  la  puerta  a  la
               prevención de la progresión de la “marcha alérgica” mediante una intervención terapéutica
               precoz que restaure la barrera cutánea.




               Factores de riesgo (tabla 1)

               Diversos estudios epidemiológicos aportan evidencia acerca de la “marcha alérgica” desde la
               dermatitis atópica al desarrollo de asma y rinitis alérgica. Observándose en estos estudios

               que los mayores factores de riesgo para el desarrollo de asma son la sensibilización precoz
               a alimentos en el primer año de vida (odds ratio, 12.3) y a aeroalérgenos en los dos primeros
               años (odds ratio, 4.6).

               Según el resultado de diversos estudios hasta el 50% de los niños con dermatitis atópica
               pueden desarrollar asma bronquial y /o rinitis alérgica en los primeros 8 años de vida y hasta
               el 80% si se asocia sensibilización a las proteínas de huevo.

               La gravedad de la dermatitis atópica es un factor importante de riesgo, aproximadamente el
               70% de niños con dermatitis atópica grave pueden desarrollar asma, comparados con el 30%
               de los que presentan dermatitis atópica leve y el 8% de la población general. (36)


               Igualmente los niveles elevados de IgE sérica total y específica guardan estrecha relación
               con el riesgo de desarrollo de rinitis y asma alérgica.



               ASMA BRONQUIAL


               La máxima incidencia de bronquitis obstructiva con sibilancias se observa en los 2 primeros
               años de vida. Más de un tercio de los niños presentan al menos un episodio de sibilancias y
               en términos generales se puede decir que, de estos, un tercio cumplirá criterios de asma y,
               de estos, dos tercios tendrán asma que persistirá o se reactivará en la edad adulta.

               Una  de  las  más  importantes  aportaciones  del  Estudio  de  Tucson  (Tucson  Children’s
               Respiratory Study), en el que se han seguido 1.246 niños desde el nacimiento, ha sido la
               descripción de diferentes síndromes o fenotipos evolutivos de sibilancias durante la edad
               infantil, confirmando lo observado en la práctica clínica (figura 2).

               Se describen tres síndromes principales:

               A. Sibilancias precoces transitorias


               B. Sibilancias persistentes no atópicas

               C. Sibilancias atópicas/ asma atópico





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