Page 396 - ALERGIAS BÁSICAS
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La saturación de oxígeno debe ser objeto de una vigilancia estrecha, preferiblemente por
               pulsi-oximetría. Resulta especialmente útil en los niños en los que no es posible realizar la
               determinación de la función pulmonar. En los niños la saturación de oxígeno es normalmente
               superior al 95%, por lo que una saturación menor del 92% es un predictor de la necesidad de
               hospitalización. Los niveles de saturación por debajo del 90% indican la necesidad de un
               tratamiento y vigilancia intensivos, tanto en niños como en adultos.


               Por  el  contrario,  no  siempre es  necesaria  la  realización  de  una  gasometría  arterial.  Está
               indicada en los pacientes que tienen un PEF o un FEV1 menor del 50%, cuando no hay
               respuesta al tratamiento inicial o si se produce un deterioro en el estado del enfermo. También
               en aquellos enfermos cuya saturación no se mantiene por encima del 90% a pesar de la
               oxigenoterapia.  En  los  estadios  iniciales  de  la  crisis  los  hallazgos  más  frecuentes  de  la
               gasometría  son  la  hipoxemia  leve,  la  hipocapnia  y  la  alcalosis  respiratoria.  Con  el
               empeoramiento los niveles de CO2 se normalizan, y si no hay mejoría se llega finalmente a
               la hipercapnia. Por tanto una PaO2 menor de 60 mm Hg y una PCO2 normal o aumentada
               indican  una  insuficiencia  respiratoria.  La  fatiga  y  la  somnolencia  son  sugestivas  de  un
               aumento de la PCO2.

               En la tabla 3 se recoge la clasificación de la gravedad de las agudizaciones de asma. Se
               consideran signos de riesgo vital inminente la disminución del nivel de conciencia, la cianosis,
               la bradicardia, la hipotensión, la imposibilidad de terminar las palabras por la disnea y el
               silencio auscultatorio.

               Con  respecto  al  tratamiento,  los  tres  pilares  básicos  son  la  adecuada  oxigenación,  los
               broncodilatadores, sobre todo los agonistas β2 de corta acción (SABA) y los glucocorticoides
               sistémicos.



               OXIGENOTERAPIA


               Es necesario suministrar oxígeno para mantener una SaO2 por encima de 93-95% en adultos
               y del 94-98% en los niños, en las embarazadas y en los pacientes cardiópatas. Se recomienda
               el  empleo  de  mascarillas  de  tipo  Venturi,  con  el  flujo  mínimo  que  consiga  la  saturación
               indicada.  No  se  deben  emplear  flujo  altos  de  O2  (FiO2>35%),  porque  pueden  provocar
               aumento de la obstrucción e hipercapnia, sobre todo en los pacientes más graves. Nunca
               debe omitirse la oxigenoterapia aunque no se disponga de pulsi-oximetría.



               BRONCODILATADORES

               Los broncodilatadores agonistas β2 de corta acción constituyen la primera y fundamental
               medida terapéutica de las agudizaciones de asma. La mala respuesta a este tratamiento es
               un signo de alarma que se asocia con mal pronóstico o con la presencia de complicaciones.
               La respuesta es peor en las crisis de instauración lenta.

               Los agonistas β2 deben ser administrados precozmente y a altas dosis: salbutamol 4 a 8
               pulsaciones, cada 10-15 minutos, en cámara espaciadora. Otra opción es la administración




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