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Sección IV – Capítulo 19 | URGENCIAS EN
ALERGOLOGÍA
TRATAMIENTO DE LAS REACCIONES ANAFILÁCTICAS
Las reacciones anafilácticas se manifiestan por combinaciones variadas de síntomas
cutáneos, respiratorios, digestivos y/o cardiovasculares. Aunque la gravedad es variable, la
anafilaxia debe ser reconocida y tratada por médicos y pacientes como una urgencia vital.
Tabla 1. Manifestaciones clínicas de las reacciones anafilácticas graves
TRATAMIENTO INICIAL DE LAS REACCIONES ANAFILÁCTICAS. PAPEL DE LA
ADRENALINA
En la figura 1 se muestra un algoritmo del tratamiento escalonado de la anafilaxia.
El fármaco de elección en el tratamiento de las reacciones que cursan con compromiso
respiratorio y/o cardiovascular es la adrenalina. Debe ser administrada sin demora por vía
intramuscular para alcanzar precozmente altas concentraciones plasmáticas y tisulares. De
las diferentes acciones que ejerce la adrenalina (figura 2), la eficacia en el tratamiento de la
anafilaxia es debida a sus efectos α1 adrenérgicos sobre los vasos sanguíneas, β1 sobre el
corazón y β2 sobre los bronquios y las células inflamatorias (mastocitos y basófilos).
Tras su administración son frecuentes efectos secundarios leves y transitorios, como
ansiedad, mareo, cefalea, palpitaciones, palidez y temblor. También se han descrito efectos
graves, entre ellos arritmias ventriculares, isquemia miocárdica, edema pulmonar, crisis
hipertensivas y hemorragia intracraneal. Estas reacciones son infrecuentes y se producen
sobre todo en caso de sobredosis, administración IV en bolo, tratamiento concomitante con
otros fármacos y en pacientes con enfermedades subyacentes, especialmente
cardiovasculares y cerebrovasculares. Sin embargo, incluso en estos enfermos, el beneficio
del tratamiento con adrenalina en la anafilaxia grave supera el riesgo.
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