Page 348 - ALERGIAS BÁSICAS
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como  el  test  para  enfermedades  infecciosas  como  el  Helibcobacter,  pruebas  alérgicas
               inmediatas,  autoanticuerpos,  dieta  libre  de  pseudoalergenos  durante  3  semanas,
               determinación de triptasa, el test del suero autólogo, o la biopsia de las lesiones, únicamente
               en el caso de que haya sospecha por la historia clínica de una enfermedad concomitante.


               No se ha conseguido desarrollar un test in vitro que permita detectar los anticuerpos anti-IgE,
               por lo que no contamos con un test sencillo de despistaje. Carecemos de marcadores para
               esta enfermedad, si bien en estos últimos años se ha podido demostrar la activación de la vía
               extrínseca de la coagulación sin que esté alterada la coagulación, así como la presencia de
               marcadores  inespecíficos  de  inflamación  como  son  la  Proteína  C  Reactiva  elevada.  Se
               desconoce si estos marcadores de inflamación se producen a nivel vascular o en la piel.




               TRATAMIENTO


               El tratamiento comienza por evitar los factores desencadenantes. En la urticaria crónica es
               importante evitar la ingesta de AINES. Es asimismo esencial en el caso de la urticaria crónica,
               detenerse a explicar al paciente en qué consiste la enfermedad, las expectativas terapéuticas
               y tranquilizarle acerca de las causas o posibles enfermedades subyacentes.

               El tratamiento farmacológico se apoya fundamentalmente en el empleo de antihistamínicos.

               El perfil de seguridad y tolerancia de los antihistamínicos es muy alto.

               Se deben emplear antihistamínicos de segunda generación. Cuando los antihistamínicos
               no  son  eficaces  a  las  dosis  recomendadas  se  aconseja  incrementar  la  dosis,  las  guías
               europeas indican que se podría hasta cuadruplicar la dosis indicada ficha técnica.

               Si no hay respuesta con dosis alta de antihistamínicos, puede emplearse una o dos pautas
               descendentes de corticoides, no hay consenso sobre cuánto tiempo debe mantenerse, pero
               debe evitarse su empleo a largo plazo.

               Si también fracasan los corticoides, la ciclosporina ha demostrado ser eficaz en estudios
               aleatorizados, con placebo control y doble ciego eficacia a dosis entre 3-5mg/Kg de peso y
               monitorizando la función hepática y renal.

               Aunque se ha recomendado el empleo de antihistamínicos anti-H2, la realidad es que ofrece
               poco beneficio el añadirlo a los anti-H1, es mucho más eficaz e importante incrementar la
               dosis de los anti-H1. A pesar de que hay algún estudio publicado de casos aislados con
               inhibidores de leucotrienos, los estudios son poco consistentes.

               Finalmente, cada vez hay más publicaciones que demuestran una efectividad muy alta de
               Omalizumab, consiguiendo un control total de los síntomas sin emplear otra medicación.

               Su eficacia está bien demostrada, queda posicionar este tratamiento teniendo en cuenta el
               coste-beneficio, la respuesta a los tratamientos disponibles y sus efectos secundarios, así
               como la alteración de la calidad de vida que provoca esta enfermedad.





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