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Sección  IV  –  Capítulo  14  |  VASCULITIS


               POR HIPERSENSIBILIDAD






               CLASIFICACIÓN DE LAS VASCULITIS

               No  existe  un  esquema  ideal  para  la  clasificación  de  las  vasculitis.  Se  pueden  clasificar
               dependiendo de:


                   1.  Si son primarias o secundarias
                   2.  Según el tamaño del vaso afecto y las características histológicas
                   3.  Los mecanismos patogénicos

               Todas  estas  clasificaciones  son  útiles  para  comprender  los  síndromes  vasculíticos  pero
               tienen  varias  limitaciones  de  índole  clínica  e  histológica.  La  primera  clasificación  de  las
               Vasculitis


               la estableció Fauci en 1978 (tabla 1). En la actualidad la clasificación más utilizada es la que
               resultó de la conferencia de consenso internacional en Chapel Hill, celebrada en 2012 que
               combina  datos  clínicos,  histológicos  y  en  relación  al  tamaño  del  vaso  afecto  y  que  está
               resumida en la tabla 2.




               MANIFESTACIONES CUTÁNEAS DE LAS VASCULITIS


               Las manifestaciones cutáneas de las vasculitis orientan hacia el diagnóstico, pero no son
               específicas de ningún tipo de vasculitis. Las lesiones cutáneas son útiles como un síntoma
               diagnóstico y su estudio histológico y mediante inmunofluorescencia sirven para confirmar el
               diagnóstico. Las manifestaciones más características son el desarrollo de púrpura palpable
               y  de  nódulos,  pero  pueden  observarse  otras  manifestaciones  cutáneas  (tabla  3).  El
               predominio de una lesión clínica u otra vendrá determinado por la localización del vaso afecto
               y por las características del proceso inflamatorio.

               Las Vasculitis con afectación de vasos sanguíneos cutáneos de pequeño calibre (VVSC) se
               manifiestan principalmente por la presencia de una púrpura, que con frecuencia es palpable
               y afecta principalmente a extremidades inferiores, debido a la presión hidrostática.

               La púrpura suele desarrollarse en brotes sucesivos, inicialmente son máculas de coloración
               rojiza, que evolucionan hacia placas y pápulas que pueden tener desde unos milímetros hasta
               varios  centímetros  de  diámetro.  Las  lesiones  más  grandes  son  más  equimóticas  que
               purpúreas. El color puede evolucionar desde el rojo, purpúreo hasta parduzco, en relación a
               la evolución de la degradación de la sangre extravasada (figura 1). En algunos pacientes,
               especialmente en aquellos en los que la vasculitis está mediada por inmunocomplejos se
               acompaña de una gran activación de complemento que puede dar lugar a focos de edema



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