Page 177 - ALERGIAS BÁSICAS
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Sección IV – Capítulo 3 | RINITIS
ALÉRGICAS Y NO ALÉRGICAS.
CONJUNTIVITIS
RINITIS
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA NASAL
Las fosas nasales y los senos paranasales son unas cavidades cuyas paredes están
formadas por un auténtico rompecabezas de huesos articulados entre sí de forma precisa,
dejando espacios entre ellos que permiten el paso de los elementos vasculares y nerviosos
que nutren y habilitan el funcionamiento de la mucosa. Las estructuras que conforman la
pirámide nasal se pueden sintetizar en una bóveda ósea, una bóveda cartilaginosa y la región
del lóbulo nasal o nariz móvil. Externamente la nariz se halla tapizada por un envoltorio
fibromuscular.
El techo de las fosas nasales está constituido de delante a atrás por los huesos propios
nasales, la lámina cribosa del etmoides por donde pasan las terminaciones nerviosas del
nervio olfatorio y el hueso esfenoides.
La pared externa comprende una zona anterior cartilaginosa o vestíbulo nasal y una zona
posterior ósea en la que encontramos los cornetes, superior, medio e inferior cuya función es
aumentar la superficie de la mucosa nasal en contacto con el aire inspirado. Caudal y
lateralmente a cada uno de los cornetes se disponen los meatos, hendiduras donde drenan
los senos paranasales. En el meato superior drenan las celdillas etmoidales anteriores y
posteriores; en el meato medio los senos frontal, maxilar y las celdillas etmoidales anteriores;
y en el meato inferior desemboca el conducto lacrimonasal.
El sistema arterial implicado más relevante es la arteria esfenopalatina y menos relevantes
las arterias etmoidales anterior y posterior. El sistema venoso drena en el plexo pterigoideo y
plexo oftálmico, este sistema carece de mecanismos valvulares.
La inervación sensorial o aferente es realizada por el nervio olfatorio y nervio trigémino. Las
terminaciones nerviosas del nervio olfatorio forman el área olfatoria en el techo de las fosas
nasales y actúa como quimiorreceptor del aire inspirado, receptor de sentido del olfato y
facilitador del sentido del gusto.
La inervación eferente corre a cargo del sistema nervioso autónomo simpático y
parasimpático.
La inervación simpática se origina en la región toracolumbar de la médula espinal y a través
del nervio vago se dirigen al ganglio cervical superior. Sus fibras postganglionares alcanzan
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