Page 172 - ALERGIAS BÁSICAS
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betalactamasas produciría gran beneficio, ya que, en algunos individuos se produce la
síntesis de betalactamasas por la misma flora de la cavidad oral.
TRACTO RESPIRATORIO INFERIOR
Neumonía
Los pacientes con neumonías recidivantes limitadas a un lugar anatómico (síndrome del
lóbulo medio) presentan una anomalía anatómica subyacente. Puede ser debido a una
compresión extrínseca del árbol traqueobronquial por un tumor, adenopatía mediastínica o
malformación vascular, o bien a una compresión intrínseca por aspiración de un cuerpo
extraño, bronquiectasias, broncomalacia, estenosis bronqueal o una fístula traqueo-
bronquial. Otras patologías que predisponen a neumonías recidivantes son crisis convulsivas,
abuso de alcohol o drogas, disfagia, reflujo gastroesofágico, divertículo de Zenker y acalasia.
Estas enfermedades pueden afectar a una zona anatómica específica como las bases
pulmonares o segmentos pulmonares posteriores. Por el contrario, pacientes que tienen
infecciones en distintas áreas pulmonares tienen más probabilidades de padecer una
enfermedad sistémica subyacente, como por ejemplo, la Fibrosis Quística. Un paciente con
Sinusitis y Neumonías de repetición puede tener ese proceso como forma de presentación
en el adulto, incluso sin antecedentes familiares, pudiéndose tratar de una mutación de
“novo”. Enfermedades no infecciosas como Vasculitis pulmonares o BONO pueden simular
neumonitis infecciosas, debiendo realizar un diagnóstico diferencial adecuado (ANCAs) y
proponiendo una broncoscopia flexible con biopsia transbronquial para alcanzar un
diagnóstico. No debemos olvidar una inmunodeficiencia secundaria por infección VIH,
Leucemia Linfoide Crónica o Mieloma Múltiple que producen infecciones pulmonares
recurrentes.
En resumen, ante infecciones respiratorias recidivantes en un paciente adulto debemos tener
en cuenta unos signos de alerta que vienen recomendados por la Sociedad Europea de
Inmunodeficiencias (tabla 1). Además muchas enfermedades concomitantes del propio
paciente predisponen a infecciones recidivantes, en una proporción superior a las
inmunodeficiencias primarias diagnosticadas en adultos (tabla 2).
Algunas de estas enfermedades, sobre todo los déficits de anticuerpos, pueden ser leves
desde el punto de vista clínico (déficit de IgA, déficit selectivo de anticuerpo o déficits de
subclases de IgG) y pueden no diagnosticarse.
El número de infecciones que experimenta una persona adulta sana durante un año es muy
variable y depende de múltiples factores tales como exposición a niños, estrés, mayor
incidencia de viriasis respiratorias y cualquier otra alteración que pueda influir en la salud
basal del individuo. Por lo tanto, debemos sospechar una inmunodeficiencia en un adulto si
presenta alguna de las siguientes condiciones:
● Cuatro o más infecciones que precisen antibioterapia (sinusitis, otitis, bronquitis).
● Falta de respuesta a antibióticos o tratamientos muy prolongados.
● Dos o más infecciones bacterianas graves (meningitis, artritis séptica, celulitis u
osteomielitis).
● Dos o más neumonías radiológicamente confirmadas en los tres últimos años.
● Infección en localización no habitual o germen infrecuente.
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