Page 173 - ALERGIAS BÁSICAS
P. 173
● Diarrea con pérdida de peso, principalmente por Campylobacter o Cryptosporidium.
● Candidiasis sin tratamiento antibiótico previo.
● Fiebre de origen desconocido prolongada.
● Abscesos recurrentes en las mismas localizaciones anatómicas.
● Historia familiar de inmunodeficiencia.
Debemos también tener presente otros problemas de salud en estos pacientes como mala
cicatrización de heridas por neutropenia, pérdida prematura de dientes, gingivitis crónica
(defectos de adhesión leucocitaria, enfermedad granulomatosa crónica, síndrome de
DiGeorge, infección VIH), o bronquiectasis no justificadas. Además de infecciones, muchos
trastornos del sistema inmune se asocian con enfermedad autoinmune y un mayor riesgo de
tumores malignos. Una función fundamental del sistema inmune es distinguir entre “lo propio
y lo no propio”. Esta capacidad es esencial no sólo para la defensa contra los
microorganismos, sino también para la prevención de autoinmunidad y la detección y
destrucción de células malignas. Algunas inmunodeficiencias también se asocian con
mayores tasas de enfermedad alérgica, que es otra manifestación de alteración regulación
inmune. Los trastornos autoinmunitarios que se observan en pacientes con
inmunodeficiencias incluyen tiroiditis autoinmune, anemia hemolítica autoinmune,
trombocitopenia o neutropenia, anemia perniciosa, enfermedad celiaca y vitíligo.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Velocidad de sedimentación globular (VSG) o proteína C reactiva (PCR): su elevación sugiere
infección sistémica o regional o un proceso autoinmune. Cultivos apropiados (esputo, piel,
secreciones nasales, etc…) o PCR de virus para determinar patógenos responsables. Las
serologías no sirven si hay déficit de anticuerpos.
Las inmunodeficiencias deben ser sospechadas en un adulto con infecciones pulmonares
frecuentes asociadas a sinusitis, otitis o bronquitis. Un defecto en la producción de
anticuerpos o su función como sucede en la Inmunodeficiencia variable común u otros déficits
graves de anticuerpos, o variantes leves de la enfermedad granulomatosa crónica podría ser
la causa de tales infecciones. Niveles de inmunoglobulinas (IgA, IgG, IgM e IgE) deben ser
siempre solicitadas en una evaluación inmunológica inicial. Debemos recordar que las dos
formas más frecuentes de inmunodeficiencias en adultos con niveles normales de
inmunoglobulinas son el déficit de subclases de IgG y el déficit selectivo de anticuerpo. Por
lo tanto, añadiremos si sospechamos estas enfermedades una cuantificación de subclases
de inmunoglobulinas y/o cuantificación de anticuerpos específicos frente a antígenos
proteicos como tétanos y difteria, antígenos conjugados polisacáridos de Haemophilus y
Neumococo y antígenos polisacáridos puros (serotipos específicos neumocócicos) y además
evaluaremos una respuesta anómala a vacunas de polisacáridos.
Estudio del complemento (C3, C4, CH50) si las inmunoglobulinas son normales y el paciente
presenta infecciones recurrentes y/o graves por gérmenes encapsulados.
169