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coraZÓn De
melÓn,
· Fabio Galiana
egún la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura, el melón (Cucumis
melo) es una de las diez frutas más consumidas
Smundialmente. Sus variedades -como el Piel de
Sapo y el Amarillo- son muy apreciadas por su sabor y
su textura, pero su cultivo tiene un menor rendimiento
debido a las enfermedades y la salinidad del agua y el
suelo. Un estudio en el que participan dos investigadores
del Instituto Universitario de Investigación e Innovación
Agroalimentaria y Agroambiental (CIAGRO) de la Univer-
sidad Miguel Hernández de Elche (UMH) ha analizado el
efecto de diferentes portainjertos de calabazas originarias
de América para proteger estos melones sin alterar su
característico sabor.
En el argot agrícola, los injertos son el proceso artificial
por el cual una parte de una planta se une a otra dife-
rente para formar un único organismo. La parte donante
es llamada ‘vástago’, mientras que la parte receptora se
denomina ‘portainjerto’.
Algunas variedades del melón, como el Piel de Sapo, el
Amarillo o el Tendral, son muy susceptibles a las enfer-
medades transmitidas por el suelo, principalmente hon-
gos que provocan su marchitez y la pudrición de sus raí-
ces. La proliferación de estos agentes patógenos es más
notable en zonas áridas y semiáridas de todo el mundo,
donde su cultivo está en alza.
Para combatir este fenómeno, la estrategia más utiliza-
da se basa en el uso de injertos y el desarrollo de nuevos
portainjertos, que aumentan la resistencia de los melo-
nes a las enfermedades y a la salinidad del agua y del
suelo. Sin embargo, esta estrategia no tiene en cuenta
que, al injertar un melón, pueden reducirse sus conteni-
dos de azúcar y ácido cítrico, lo que afecta a su sabor.
El estudio, del que forman parte los investigadores de
la UMH Juan José Ruiz Martínez y Santiago García Mar-
tínez, ha probado diferentes combinaciones de injertos
y portainjertos de melón para comprobar cuáles tienen
mayor tasa de supervivencia y menor reducción de azú-
cares y ácidos.
Los resultados han mostrado que el portainjerto y la
salinidad son los elementos que más influyen sobre el
sabor del melón. Además, los portainjertos experimen-
tales parecen representar una buena alternativa a los
tradicionales, ya que protegen los melones y no alteran
cada población.
demasiado su sabor. Los investigadores afirman que
sería beneficioso determinar el portainjerto ideal para
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