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Manuel Sánchez Angulo Cuando la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) compró los dere-
Profesor de Microbiología UMH chos para su adaptación al cine, decidió realizar unos cuan-
tos cambios argumentales sin tener en cuenta la opinión de
Harry Harrison. Para ello, contrató al guionista Stanley R.
Greenberg, que lo primero que hizo fue cambiar el título
para evitar problemas legales, ya que se parecía mucho al
de una famosa comedia de televisión llamada Make Room
for Daddy. Y lo siguiente que hizo fue transformar la trama
de los mafiosos y convertirla en un complot de ejecutivos
pertenecientes a una multinacional global llamada Soylent
Un Biólogo Corporation. Greenberg se inspiró en un pasaje de la novela
en el que se describe el asalto de una turba a una tienda de
comida que vende “soylent steaks” (filetes de soja-lentejas),
en el Cine pero fue más allá al plantearse qué tipo de compañía podría
producir dicho producto y si podría producir más cosas. Es
muy probable que Greenberg hubiera leído algún reportaje
sobre la posibilidad de alimentar a la humanidad a base de
comida hecha con microorganismos, ya que esa idea nació
na costumbre entre los aficionados al cine
de ciencia ficción es comprobar si, al alcan- en 1966 y se conoce técnicamente como ‘Proteína Unicelu-
zar una determinada fecha que haya sido re- lar’ (en inglés Single Cell Protein). Así nació la serie de pro-
flejada en alguna de las obras del género, se ductos nutritivos “Soylent Red”, “Soylent Yellow” y, sobre
cumplen o no sus predicciones sobre el fu- todo, “Soylent Green”, el nombre de las galletitas elaboradas
turo. Por ejemplo, el 21 de octubre de 2015 en laboratorio a base de microalgas planctónicas, ricas en
se celebró el Día de Regreso al Futuro, ya todo tipo de nutrientes y que son el sustento alimenticio de
U que en la segunda película de la saga rodada la superpoblada Tierra del futuro.
en 1989, Marty McFly viaja a un futuro en el que existen
los monopatines voladores y las deportivas autoajustables. Inicialmente, el título de Soylent Green no le gustaba a na-
Robert Zemeckis no acertó con eso, pero sí acertó con los die y el propio Charlton Heston llegó a calificarlo de “por-
televisores de pantalla plana y los drones. Otro ejemplo es quería”. Pero el tiempo la ha convertido en una película de
la película 2001, una odisea del culto que toca muchísimos temas aún vigentes, como son
espacio (1968), donde se ve que la destrucción del medio ambien-
los humanos ya tienen una base “Las obras de ciencia te, la mujer objeto, la eutanasia,
permanente en la Luna y han co- ficción nos cuentan mucho la gestión de la información y, por
menzado a realizar viajes interpla- más sobre el presente de supuesto, la superpoblación y el
netarios. Pero en la misma película agotamiento de los recursos. Cabe
vemos a los personajes manejando cuando fueron elaboradas destacar las secuencias iniciales de
tabletas electrónicas y realizando que del futuro imaginado. los títulos de crédito que acaban
videoconferencias. con una imagen de una atestada
Y eso es lo que pasa con ciudad y el texto “The year: 2022.
En realidad, las obras de ciencia Soylent Green” The place: New York City. The po-
ficción nos cuentan mucho más so- pulation: 40,000,000”. Una curio-
bre el presente de cuando fueron sidad cinematográfica es que es la
elaboradas que del futuro imaginado. Y eso es precisamente última película del actor Edward G.
lo que pasa con la película Cuando el destino nos alcance, Robinson.
mucho más conocida entre los aficionados por su título origi-
nal: Soylent Green. Dirigida por Richard Fleischer en 1973, Volviendo al aspecto nutritivo, además de que Charlton Hes-
la película es una distopía ambientada en el año 2022. La ton nos desvela el ingrediente secreto del Soylent Green en
época del final de los años sesenta y el comienzo de los la última secuencia, hay unas cuantas cosas más que co-
setenta estuvo marcada por el pesimismo en relación al fu- mentar. En el 2011, la MGM comercializó unas cajas de
turo de la humanidad (en cierto sentido es algo similar a lo galletitas nutritivas similares a las representadas en la pe-
que nos ocurre actualmente). Fueron numerosas las pelícu- lícula y en 2013, a Rob Rhinehart, un ingeniero informáti-
las distópicas que llenaron las pantallas y el actor Charlton co de Sylicon Valley, se le ocurrió bautizar como “Soylent”
Heston protagonizó tres de las más icónicas: El planeta de al batido alimentario que inventó para no tener que perder
los simios (1968), El último hombre… vivo (1971) y ésta. tiempo elaborando la comida. Basta añadir agua, batirlo y
bebérselo. Actualmente, se está tomando muy en serio la
alternativa de producir carne in vitro en el laboratorio para
El argumento de la película se basa en la novela ¡Hagan si-
tio! ¡Hagan sitio! (Make Room! Make Room!) escrita en 1966 producir alimentos en lugar de utilizar animales. Aunque,
por Harry Harrison. Es una trama de mafiosos ambientada quizá, la aplicación más famosa de los microorganismos para
en una Tierra superpoblada en la que viven 7.000 millones la alimentación sea la del cocinero Ángel León, que usa el
de personas (actualmente estamos cerca de los 8.000), que alga planctónica del género Tetraselmis para elaborar su lla-
sufre las consecuencias de la destrucción medioambiental mativo arroz de plancton puro con alioli.
Y no lo olvide. El martes es el día de Soylent Green.
causada por la contaminación y en la cual los pocos recursos Buen provecho.
que quedan son acaparados por las mafias.
Otros artículos de interés:
Hagan sitio al secreto de Soylent Green, por Ángeles Gómez, FeedbackCiencia.com
[Contiene spoilers de la película]
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