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Mi Vecino ToToro


                          Un Biólogo


                          en el Cine                                  El éxito de la película fue tal que inició un movimiento conserva-

                                                                      cionista dedicado a la preservación del “satoyama” japonés. Ese
                          Manuel Sánchez Angulo                       paisaje se ha ido perdiendo paulatinamente por el avance indus-
                                                                      trial y el abandono de las zonas rurales por la población. En el año
                          Profesor de Microbiología UMH               1990 se creó la Fundación del Hogar de Totoro con el ánimo de
                                                                      recaudar fondos para comprar terrenos, evitar que los lugareños
                                                                      abandonaran esas villas y así permitir el mantenimiento de esas
                                                                      comunidades agrícolas. También reclutan a voluntarios para que
                            n los años 70 del pasado siglo un joven dibujante de se-  trabajen en el mantenimiento de los diferentes hábitats conser-
                            ries de animación llamado Hayao Miyazaki le daba vueltas  vando las diversas actividades ancestrales – recoger las hojas y la
                            al asunto de qué tipo de creaciones e historias les gus-  leña, clarear los bosques, mantener los embalses limpios, cuidar
                      Etaría ver a sus dos hijos pequeños. En sus manos cayó  las tierras de cultivo, etc – pues son esas actividades humanas
                       un libro de Sasuke Nakao, un profesor de                      las que permiten conservar la gran biodi-
                       la universidad de Osaka, sobre el cultivo                     versidad del “satoyama”.
                       de las plantas y el origen de la agricultura.
                       Nakao proponía la hipótesis del “cultivo del   Debemos recordar    “Mi vecino Totoro” no solo ha inspirado
                       bosque de hoja perenne”. Según Nakao,                         las actividades conservacionistas, también
                       la productividad de los bosques cultivados  que todos venimos   a la astronomía y a la zoología. En 1994
                       de encina japonesa (Quercus acuta) es tan   del bosque.       se bautizó como Totoro al asteroide 10160
                       alta que permite ecosistemas con una gran                     y en el año 2007 se describió una nueva
                       biodiversidad de plantas y animales. Los   - Hayao Miyazaki   especie de gusano onicóforo que vive bajo
                       bosques de hoja perennes son ecosiste-                        las piedras que hay en los suelos de los
                       mas artificiales producidos por el hombre                     bosques de Vietnam y a la que se bautizó
                       y están presentes en otras partes del mun-     como Eoperipatus totoro por su curioso aspecto que recordaba al
                       do, como es el caso de las dehesas españolas basadas en la  gato-bus. Su cuerpo de 6 centímetros de largo está segmentado
                       encina (Quercus ilex). Volviendo a Japón, durante el periodo Edo  y recubierto de unas finas protuberancias que le dan un aspecto
                       (1603-1868) este tipo de bosque artificial llegó a su forma más  “peludo”. Aunque este curioso animalejo se comporta de forma
                       sofisticada, formando un paisaje agrícola tradicional denominado  bastante distinta a la del duendecillo japonés. Es un depredador
                       como “satoyama” y que consiste en una mezcla de bosques, arro-  que escupe una especie de pegamento a través de dos gruesos
                       zales, embalses, prados, templetes y pequeñas villas.   apéndices y que le sirve para inmovilizar a sus presas.
                       hijas Satsuki y Mei, se han mudado para estar más cerca del  mismo esperando a un gato-bus en una noche de lluvia.
                       La campiña japonesa que aparece en “Mi vecino Totoro” es preci-
                                                                      Cuando uno termina de ver la película ya no volverá a ver a las
                       samente un “satoyama” de los años 50 idealizado. Allí es donde  pelusas de la casa, los “susuwatari”, como algo sucio y desagra-
                       Tatsuo Kusakabe, un profesor universitario, y sus dos pequeñas  dable, bueno, al menos no tanto. Y quizás pueda imaginarse a sí
                       hospital donde han ingresado a la madre, convaleciente de tuber-
                       culosis. A través de los ojos infantiles de Satsuki y Mei, vamos a
                       ir descubriendo a los otros habitantes del lugar, entre ellos a los
                       duendecillos y espíritus que habitan los bosques de los alrededo-
                       res de su nuevo hogar. Entre ellos está Totoro, un “mori no nushi”
                       o guardián del bosque, que vive en un gran árbol del alcanfor (Cin-
                       namomum camphora) al lado de un templete sintoísta. Estas cria-
                       turas fantásticas van a ayudar a que Satsuki y Mei se adapten a su
                       nueva situación y maduren sin tener que perder su inocencia infantil.
                       La maestría de esta obra no está en el “qué” cuenta, sino el
                       “cómo” se cuenta. Miyazaki supo crear un universo mágico apro-
                       vechando varias leyendas sobre los espíritus que habitan en los
                       bosques de Japón. Hay que tener en cuenta que el sintoísmo es
                       animista y todo, ya sean dioses, ríos, ranas, árboles o piedras,
                       tiene un espíritu asociado o “kami”. Sin embargo, según el propio
                       Miyazaki, Totoro no es un duende guardián del bosque, sino un
                       animal real, aunque difícil de ver. De esta forma quería animar a
                       los niños a ir a explorar los bosques para que descubrieran los
                       tesoros de la naturaleza. Y en cierto sentido la película funciona
                       como un paseo por el bosque, ya que cada vez que vuelves a ver
                       la película, descubres nuevos detalles o animales que antes no   El gusano Eoperipatus totoro. Fotografía de Urosphen
                       habías visto.                                              https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28133959



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