Page 28 - ALERGIAS BÁSICAS
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actúan también como APC, aunque es más frecuente que la activación inicial de los linfocitos
               T la lleven a cabo los macrófagos o, sobre todo, las células dendríticas. En todo caso, el
               resultado es la activación y proliferación de los linfocitos T específicos, que se diseminan por
               el  organismo  para  ejercer  su  acción  efectora.  Los  linfocitos  T  activados  expresan
               característicamente en membrana CD154 (también denominado ligando de CD40 o CD40L),
               que tendrá una especial importancia en su interacción con los LB.


               En  paralelo  a  la  activación  T,  algunos  LB  de  ganglio  o  bazo,  a  través  de  su  BCR,
               interaccionarán con el antígeno. La interacción con antígeno da a la célula B la primera señal
               de activación

               y le induce a expresar en su membrana receptores para citoquinas. Al comportarse como
               APC procesan el antígeno y presentan sus péptidos unidos a MHC-II. En este punto, aquellos
               linfocitos T CD4 que tengan un TCR capaz de interaccionar con suficiente afinidad con alguno
               de los complejos péptido-MHC II, establecerán un contacto íntimo con los LB facilitado por
               moléculas de adhesión de ambas células. En esta interacción, el LB recibe del T la segunda
               señal en forma de dos estímulos complementarios:

               a)  La  molécula  CD154  que  se  está  expresando  en  la  membrana  del  linfocito  T  activado
               interacciona con CD40 de la membrana del LB.

               b)  Los  linfocitos  T  activados  liberan  citoquinas  que  alcanzan  concentraciones  altas  en  la
               interfase T-B. Entre las citoquinas secretadas destacan IL-2, IL-4, IL-6 e IL-21, que inducen,
               en conjunto, la proliferación de y diferenciación de los LB activados.

               El resultado final es la diferenciación del LB en células especializadas –células plasmáticas–
               ,  muchas  de  las  cuales  migrarán  a  médula  ósea  y  tras  interaccionar  con  distintos
               componentes


               del  estroma  secretarán  activamente  anticuerpos.  Las  inmunoglobulinas  secretadas  que
               aparecen  libres  en  plasma  tienen  lógicamente  la  misma  especificidad  antigénica  que
               inicialmente reconoció al antígeno formando parte del BCR. El predominio de unas u otras
               citoquinas  producidas  por  los  TH1  y  TH2  inducirá  el  cambio  de  isotipo.  Aunque  no  está
               totalmente aclarado, se admite que: la presencia de IFN-g (TH1) induce la síntesis de IgG,
               IL-4 o IL-13 (TH2) inducen cambio de isotipo y secreción de IgE, IL-10 (TH2) induce por su
               parte IgG1, IgG3 e IgA1, y TGF-b (TH1, TH2) induce la de IgA2.

               Todo este proceso requiere un tiempo, de modo que tendrán que transcurrir de 4 a 6 días
               desde la primera exposición al antígeno para que puedan detectarse en plasma los primeros
               anticuerpos específicos.



               Regulación de la síntesis de IgE en atópicos

               La regulación de la síntesis de IgE es por sus implicaciones la más estudiada. Los datos
               disponibles  sugieren  que,  en  general,  los  mecanismos  de  regulación  inmunitarios  son
               idénticos en individuos atópicos y no atópicos. Sin embargo, frente a un número limitado de
               proteínas  inocuas  –alérgenos–,  en  los  atópicos  tendría  lugar  un  tipo  de  respuesta
               característico.



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