Page 18 - anuario 2024
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birrefringentes como son los cristales, ésta se descompone en dos haces, y sólo los
componentes que emergen paralelamente al eje del analizador podrán atravesarlo, y
podremos visualizar su brillo. Los cristales de UMS tienen una birrefringencia intensa,
por lo que aparecerán con un brillo intenso en el campo oscuro. Por el contrario, la
birrefringencia de los cristales de PFC suele ser débil o ausente [12].
La luz polarizada simple ha demostrado aumentar la sensibilidad para la detección de
cristales de UMS del 94 al 100% [10], por lo que se considera la fase diagnóstica de
mayor rentabilidad para éstos. Aplicarla permite detectar cristales de UMS de muy
pequeño tamaño, gracias a su intensa birrefringencia, que en luz ordinaria pasarían
desapercibidos.
En este punto cabe destacar la importancia de observar la morfología de los cristales
con luz ordinaria (primera fase) previo al uso de luz polarizada. Además de los cristales,
otros materiales como detritus o partículas de polvo o fibras pueden tener
birrefringencia, habitualmente de gran intensidad.
Al contrario de lo mencionado para los cristales de UMS, la luz polarizada simple no
resulta ser tan rentable para la detección de cristales de PFC. Debido a su escasa o
nula birrefringencia, pueden pasarse por alto en el campo oscuro, por lo que la
sensibilidad para su detección se reduce en esta fase diagnóstica del 99 al 76% [10].
Tercera fase: microscopía de luz polarizada compensada
La luz polarizada compensada, tercera fase del procedimiento, nos informa sobre el tipo
de birrefringencia (elongación) de los microcristales. Para su aplicación utilizaremos el
compensador rojo de primer orden, que habitualmente tiene indicada la dirección de su
eje con una flecha, con lo que el campo de visualización se volverá magenta. Se trata
de una placa que permite determinar el retardo en la longitud de onda del rayo de luz
proveniente del eje largo de los cristales birrefringentes [13]. Los cristales de UMS tienen
una elongación negativa, mostrándose de color amarillo (haz rápido de la luz
descompuesta por el cristal) cuando se encuentran dispuestos en paralelo al eje del
compensador, y de color azul cuando estén en perpendicular al mismo (haz lento), dado
que el retardo de su longitud de onda es menor. En cambio, en el caso de los cristales
de PFC, de elongación positiva, éstos aparecen de color amarillo cuando son
perpendiculares al eje del compensador, y azules cuando están en paralelo, dado que
el retardo de su longitud de onda es mayor.
Tal como ocurre en la microscopía de luz polarizada simple, la rentabilidad diagnóstica
para los cristales de PFC no es tan elevada como para los cristales de UMS, que se
posicionan fácilmente con respecto al eje debido a su morfología acicular. Sin embargo,
los cristales de PFC tienen una amplia variabilidad de formas, y algunas de ellas, como
los rombos, no se orientan claramente con respecto al eje.
Como se ha justificado anteriormente, las dos primeras fases pueden ser suficientes
para la adecuada identificación de cristales. Esta fase añade la posibilidad de discernir
entre cristal y artefacto en caso de que éste último presente una morfología similar a
una aguja, o entre UMS y PFC cuando ambos coinciden en un mismo líquido sinovial.
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