Page 103 - ALERGIAS BÁSICAS
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Los primeros estudios genéticos realizados en enfermedades alérgicas se iniciaron en los
               años  70  del  siglo  XX.  Se  trataba  de  estudios  de  asociación  de  genes  candidatos,
               generalmente realizados en casos y controles, en los que se analiza un polimorfismo de un
               determinado  gen,  que,  por  su  función  o  por  su  posición,  se  sospecha  que  pueda  estar
               implicado en la enfermedad (asma por ejemplo) y se compara su distribución entre casos y
               controles, obteniéndose la razón de odds (OR). Posteriormente, se empezaron a realizar los
               estudios  de  ligamiento,  que  se  efectúan  en  familias  en  las  cuales  al  menos  tienen  dos
               miembros afectos de la enfermedad (generalmente dos hermanos, aunque también pueden
               hacerse  con  tríos,  en  cuyo  caso  participa  uno  de  los  progenitores).  A  diferencia  de  los
               anteriores, estos estudios no parten de una hipótesis previa, por lo que permiten descubrir
               nuevos genes y vías implicados en la enfermedad. En la primera década del siglo XXI, gracias
               a los notables avances metodológicos, se empezaron a realizar los estudios de asociaciones
               en genoma completo (GWAS), que se basan en la utilización de marcadores que “etiquetan”
               todas las variaciones comunes del genoma; se utilizan de cientos de miles a millones de SNP
               distintos  por  todo  el  genoma;  el  problema  es  que  requieren  de  notables  prestaciones
               bioinformáticas y de muestras de varios miles de individuos. En el momento actual se están
               empezando a realizar los estudios de resecuenciación, que se basan en secuenciar exones,
               genes o incluso el genoma completo. Requieren altísimas exigencias bioinformáticas y de
               almacenamiento de datos y son costosos y difíciles de interpretar, pero permiten revelar todas
               las variaciones, tanto las comunes (como en el caso de los GWAS) como las raras.

               La inmensa mayoría de los más de 100 loci que albergan variaciones que se han asociado
               con  el  riesgo  de  padecer  asma  o  alergia  se  han  identificado  mediante  los  estudios  de
               asociación de genes candidatos. De estos, más de 30 genes se han replicado en al menos
               cinco estudios independientes. Los más importantes se reflejan en la tabla 1. Los estudios de
               ligamiento seguidos de clonación posicional han permitido identificar nueve genes situados
               en regiones de ligamiento. Todos ellos, salvo IRAK3, fueron novedosos en su momento (tabla
               2). Por último, los genes encontrados mediante GWAS se reflejan en la tabla 3; aunque no
               se han encontrado todos los resultados que inicialmente se esperaban, es bastante probable
               que los genes encontrados mediante GWAS y replicados participen en las enfermedades
               alérgicas. En líneas generales, los genes implicados se pueden clasificar en (i) sensores del
               medio ambiente externo, como TLR2, o CD14; (ii) genes con efecto barrera, como FLG u
               ORMDL/GSDML; (iii) genes de susceptibilidad atópica, como  FCER1 o IL4; (iv) genes de
               regulación de la inflamación atópica, como STAT6 o IL33; y (v) genes de respuesta tisular
               como ADAM-33 o PDE4D.


               A pesar de todos estudios, y sus hallazgos, se ha conseguido justificar solo una pequeña
               parte de la heredabilidad de las enfermedades alérgicas. En el caso del asma, por ejemplo,
               algunos autores la han estimado en alrededor del 5%. Por tanto, deben existir otros factores
               que justifiquen esta “heredabilidad perdida”. Varias son las posibles razones. Dejando aparte
               las diferencias metodológicas, poblacionales e incluso de calidad de los estudios, se han
               citado como posibles factores una sobreestimación a priori de la heredabilidad, un fenotipado
               incompleto o incorrecto, la existencia de variantes raras con importancia en la enfermedad,
               las  influencias  del  medio  ambiente  y  los  factores  epigenéticos,  entre  otros.  De  ellos,  las
               influencias medioambientales y los factores epigenéticos parecen desempeñar un importante
               papel.






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