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n las entrañas de la Sierra de Atapuerca se ex-
a tienden más de 3.000 metros de cuevas y gale-
rías. Declarado Patrimonio de la Humanidad por
la Unesco, el sitio arqueológico y paleontológi-
co de Atapuerca contiene restos humanos de
1.300.000 años de antigüedad. Al menos cua-
tro especies de homínidos han habitado las cue-
Evas: Antecessor, Heidelbergensis, Sapiens y otra
especie todavía sin identificar. Los habitantes de Atapuerca de-
coraron las paredes con grafías en forma de árboles, peines, lí-
neas, puntos, matrices, y zig-zags en color negro y rojo, además
de grabados sobre la piedra. Aunque sorprendentemente bien
conservadas, estas formas de arte rupestre se pueden ver ame-
b nazadas por otro habitante de las cuevas aún más antiguo: las
algas verdeazuladas. Estos organismos microscópicos (de entre
dos y doscientos micrómetros) están presentes en casi todos los
ambientes acuáticos y terrestres del planeta donde actúan como
productores primarios e introducen la energía en los ecosistemas.
Antonia Dolores Asencio Martínez es investigadora del Área de
Botánica de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche y,
actualmente, lleva a cabo un estudio de la microflora algal en el ya-
cimiento de Atapuerca. La experta en el estudio de las algas explica
que las microalgas (llamadas cianobacterias, cianoprocariotas, cia-
nofíceas o algas verdeazuladas) “se pueden desarrollar en nume-
rosos ambientes, incluidos los más extremos. En estos últimos se
Imágenes al microscopio óptico de cianoprocariotas que
se suelen desarrollar en cuevas. Se trata de la especie incluyen las cuevas, que han servido de refugio para determinadas
filamentosa Scytonema mirabile (a) y de la especie cocal especies desplazadas allí por competencia y que para su adaptación
Gloeocapsa novacekii (b). La barra que aparece en ambas han sufrido diferenciaciones morfológicas y fisiológicas.” La mayo-
imágenes se corresponde con 10μm. Fuente: A.D. Asencio. ría son capaces de gestionar la pro-
“Si después ducción de su propia energía, porque
pueden fijar nitrógeno atmosférico en
de un exhaus- el interior de unas células especiales,
denominadas heterocitos, donde la
tivo proceso enzima nitrogenasa lleva a cabo este
proceso energético. Precisamente,
de estudio, esta capacidad de fijar nitrógeno at-
el especimen mosférico es la que les permite desa-
rrollarse en hábitats inhóspitos donde
no se puede otros organismos no pueden hacerlo.
identificar, es “Es increíble cómo las cianofíceas se
pueden enfrentar a situaciones tan
cuando recu- adversas”, comenta la investigadora.
Asencio ha realizado varias investi-
rrimos al análi- gaciones sobre el papel de las algas
sis genético” en el biodeterioro del patrimonio his-
tórico y artístico. Desde 2017, cola-
bora en el estudio de las microalgas
presentes en el yacimiento burgalés.
Antonia Dolores Asencio Martínez, “En Atapuerca, hemos estudiado la problemática de una pintura
Profesora del Área de Botánica en concreto”, explica, pero las algas suponen un problema para
de la UMH las pinturas rupestres a nivel general. Según Asencio, puede suce-
- der que las algas cubran las pictografías al crecer en la superficie
Recibió la Medalla de Honor “Botánico Cavani- de la piedra o que penetren en el interior de la roca aprovechan-
lles” en 2018 por su actividad investigadora que do alguna fisura y provoquen el desprendimiento de las pinturas
incluye más de un centenar de contribuciones como consecuencia de su crecimiento dentro de los poros y las
científicas en el campo de la ficología, relaciona- grietas del sustrato. Que las microalgas se desarrollen dentro o fue-
das con la taxonomía y la sistemática, la ecofisio- ra de la roca, parece depender de la cantidad de luz que reciben.
logía, la biodiversidad, el desarrollo de especies Asencio ha estudiado la microflora de muchas cuevas y abrigos
en ambientes extremos y sus adaptaciones al del sureste español, que albergan pinturas rupestres de estilo Le-
cambio climático, los bioindicadores de contami- vantino del periodo Neolítico. “En uno de nuestros trabajos estu-
nación de sistemas acuáticos, la extracción de diamos una imagen que representaba a un ídolo al que apenas
metabolitos secundarios de interés biotecnológico podíamos visualizar por el crecimiento en la superficie de la roca y
y la toxicidad, además de otros estudios sobre el en otro caso el desprendimiento de la cabeza de un cáprido como
biodeterioro del patrimonio histórico-artístico. consecuencia del crecimiento en el interior de la piedra impedía
apreciar la pintura en todo su esplendor”, explica la profesora.
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