Page 29 - UMH Sapiens 32
P. 29

n las sierras españolas hay una flor blan-
                  ca que aparenta ser frágil y, sin embar-
                  go, recibe el nombre de saxifraga que
                  significa “la que rompe las piedras”. Tan
       Edifícil como una planta que crece rom-
        piendo las piedras fueron los primeros pasos de
        las mujeres en botánica. Una de las pioneras fue
        Blanca Catalán, la primera botánica de España y
        la primera mujer española en incorporar su nom-
        bre a una especie vegetal.

        Blanca Catalán de Ocón y Gayolá nació en Zaragoza, en el
        seno de una familia aristocrática, en el año 1860. Su madre,
        Loreto de Gayolá, se había educado en Suiza y allí aprendió
        a herborizar, a recoger muestras o plantas enteras de un
        paraje natural para conservarlas. Loreto enseñó a sus hijas
        a construir herbarios y Blanca pronto mostró mucha pasión y
        talento por la botánica. Su hermana Clotilde prefirió estudiar
        el reino animal. En especial, estudió los lepidópteros, el tipo
        de insectos que completan la metamorfosis y que, común-
        mente, conocemos como mariposas o polillas.               Juana María Botía Aranda
        Aunque ninguna de las dos hermanas recibió una educación            Profesora de Botánica UMH
        formal en ciencias, consiguieron ser las primeras mujeres
        españolas en ejercer activamente la botánica y la entomolo-
        gía. Este hecho no debería haber sido tan raro en ese tiem- Tanto hablar de los órganos sexuales de las plantas, provo-
        po, teniendo en cuenta que, hasta finales del siglo XVIII, se  có que la botánica se viera como algo inapropiado para las
        consideraba que el estudio de la naturaleza era, en palabras  mujeres. O al menos, eso decían los hombres. En el siglo
        de la época, “cosa de mujeres” o “poco masculino”. Esta  XIX, cuando Blanca Catalán quiso practicar la botánica como
        creencia, aunque misógina y sin sentido, sirvió a muchas  una ciencia, ya era raro y extraño que una mujer pudiera de-
        mujeres, sobre todo de las clases adineradas, para poder  sarrollar una carrera en el mundo de las ciencias naturales.
        estudiar y practicar las ciencias. Muchas se aficionaron a
        la botánica y a la historia natural e incluso escribieron sus  Pero Blanca no abandonó su pasión y siguió con su labor
        propios libros.                                       de recolección de especies formando un pequeño herbario
                                                              representativo de la flora que le rodeaba, en el Valle del
        Por ejemplo, Maria  Sibylla Merian                                     Cabriel, en los Montes Universales de
        (1647-1717) que ilustró y estudió           Describió 83               Teruel. Describió 83 especies, algunas
        especies vegetales e insectos en los                                   desconocidas por entonces para la
        albores de la Revolución Científica y,   especies, algunas             ciencia. Entre ellas, la Saxifraga blanca,
        en 1679, publicó un libro sobre la me-                                 nombrada así en honor a su recolecto-
        tamorfosis de la oruga, con imágenes    desconocidas por               ra. Esta especie fue incluida en el libro
        preciosas y precisas del ciclo de vida   entonces para la              de botánica “Prodromus Florae Hispa-
        de  los  insectos:  del  paso  de  larva  a                            nicae”, la primera obra moderna sobre
        crisálida y, finalmente,  la transforma-  ciencia y publicó su         la flora española.  El herbario científico
        ción a mariposa.                                                       de Blanca Catalán se publicó en 1880,
                                             herbario científico con           cuando ella tenía apenas 20 años, en
        También, en la Edad Moderna encon-          veinte años                el suplemento científico  del periódico
        tramos la impresionante historia de                                    turolense “La Provincia”.
        Jeanne Baret (1740-1807) que fue la
        primera mujer en circunnavegar la Tie-                                 La vocación científica de Blanca Cata-
        rra; en sus viajes ayudó a recolectar unos 6.000 especíme-  lán nació a edad temprana y con fuerza. Pero toda su aspi-
        nes de plantas y para conseguirlo, se hizo pasar por hombre,   ración a hacer de la botánica su ocupación principal quedó
        consiguiendo aguantar dos años sin ser descubierta.   en suspenso cuando contrajo matrimonio. La historiadora
                                                              Elena Quiroga explica que su boda con el magistrado Enri-
        Pero la buena marcha que llevaba la inclusión de las mu-  que Ruiz de Castillo la apartó de su Valle del Cabriel y de su
        jeres en las ciencias naturales se encontraría a finales del   actividad científica.
        siglo con un obstáculo inesperado. En 1735, el naturalista
        sueco Carl Linneo publicó un nuevo sistema de clasificación   Esta tendencia a apartar y ocultar a las mujeres en la cien-
        de plantas que provocó un gran revuelo en el mundo de la   cia se ha mantenido hasta hace bien poco. Así, en botánica,
        taxonomía vegetal. Él proponía diferenciar las especies se-  por ejemplo, solo el 3% de las especies de plantas han sido
        gún el tipo de órganos sexuales de las plantas: las plantas   nombradas por mujeres y solo a partir del siglo XX, y espe-
        con flor o angiospermas y las plantas sin flor o criptógamas.   cialmente en la década de los 90, las contribuciones de mu-
        Pero, además del sistema reproductor de las plantas, tam-  jeres científicas sobre la identificación de nuevas especies
        bién, se basó en las características externas particulares   vegetales empiezan a ser notables y sus nombres se hacen
        hasta describir las más generales de cada espécimen para   más visibles.
        agruparlos en las categorías definidas como especie, géne-
        ro, familia, orden, clase, rama y reino.              Blanca Catalán fue la primera mujer española en nombrar
                                                              una planta. Una de las primeras del mundo, de hecho. Murió
        Aunque ya no utilizamos la jerarquía de Linneo tal cual, sí   en Vitoria a los cuarenta y tres años, en 1904. Pero su lega-
        seguimos usando su nomenclatura binaria para escribir los   do permanece. Nos queda el ejemplo de su perseverancia
        nombres científicos de las especies animales y vegetales  nunca, un mundo reservado para los hombres.
                                                              y la certeza de que las ciencias no son, ni volverán a ser
        con dos palabras en latín o latinizadas.

                                                                                                         umhsapiens  29
   24   25   26   27   28   29   30   31   32